Tal vez no podamos ser todo lo que escribimos y algún día, eso es lo único que nos salvará de confesarnos tantas veces por escrito.
Entre líneas suelo crear un personaje, entre sueños puedo llegar a serlo, pero entre los días en los que creemos vivir, no somos más que esos rastros de tinta intentando ser personas.
El inicio de una página en blanco no es más que la terminación de una caratula de cartón o una hoja de tiro y retiro que no sabemos por dónde empieza o termina. Tal vez Nacho tenía razón y no terminamos si no es más que para empezar de nuevo.
Las historias tienen un origen y estoy segura que todas nacen de los sentidos cuando muere el intelecto. ¿Entonces acaso no estaremos partiendo siempre de un final? ¿Desde qué momento las cosas se vuelven tan primarias como para saber que todo no es, sino algo que secunda un suceso?
Total, ni siquiera somos resultados de todo lo que escribimos ni pensamos, sino, estoy segura, que ya seriamos un hecho y ni siquiera hemos pasado de ser puras circunstancias. Entonces surge la pregunta, ¿A las cuantas circunstancias nos convertimos en un hecho?
Esto me recuerda mucho a Borges, quien siempre decía que en la inmediatez era un estúpido, que necesitaba años para ser inteligente, nosotros tal vez y a lo mejor, necesitamos años para construir algún personaje.
Y si, somos muchos personajes, sin dejar de ser la misma persona. Es como un actor, el cual se apropia de su papel de espía por tres meses de rodaje y tres años después en algún momento se siente un vivaz Sherlock Holmes. Quien comprueba que el personaje no potencio su esencia, o su esencia potencio el personaje en aquel papel.
Siempre hablo de las circunstancias, porque no creo en los hechos, sino, eso sería una situación inmutable, invariable, o como diría Kafka, sin metamorfosis. Nada es para siempre, para nunca, para tal vez, para nada.
Circunstancias, personas, personajes. En algún momento todos hemos sido alguien que somos y no somos. Y se, que llegara el día que entre todos esos personajes, elegirás uno hasta convertirlo en persona.
¿Y el tuyo, está bajo construcción?
A . I