viernes, 6 de junio de 2014

“Ayúdame Freud”


Citando el titulo de una canción de Arjona, como forma alguna de seguir una línea de clichés o solo por reducirlo al grito mas latente de nuestros deseos, reprimidos.

Con una deformación intencional gritando ¡CENSURA!, es la forma más habitual de no entender un sueño, de disfrazarlo de una libre expresión de deseos. Será gracias a una represión que baila con las barreras del miedo o a una manifestación meramente imaginaria que solo nos hace vivir desde ahí, subyugados bajo la ilusión.

En las últimas semanas he tenido un sueño progresivo, si de esos que reincidentemente terminan con un “continuara”, casi como una película interminable, o un cortometraje tan extenso que casi se siente como pesadilla. Algunos días tiene un control remoto autónomo, de esos que repiten el mismo capítulo sin “consentimiento” alguno o mejor dicho, propio.
Tal vez es un poco extraño recordar siempre lo que sueño, pero es posible, porque cada vez que interrumpimos el sueño, somos capaces de hacerlo. Sueño ligero que a veces es tedio, otras, remedio.
Mi “yo” y mi “ello” viven en colisión constante, tal vez por su naturaleza conflictiva o por algún ego detrás de sus papeles enigmáticos. Uno es realista, el otro es inconsciente y deseoso. Creo que ha habido un problema de fusión, somática, corporal, mental o quién sabe si religioso. Esta cuestión de creencias raya cada vez más en todos los campos.
Es tan recóndito que se vuelve insistente, tan reprimido que se repite una y otra vez. Las dos vertientes de las cosas, como el yin yang, nada de una vía, ni sentido único.
Es por esto que es tan reconfortante y aterrador a la vez, que cuando estas dos sensaciones contrapuestas deciden unirse se vuelve tan nulo como una tangente, esa vía que todos utilizan cuando quieren escapar.
La intención de mis sueños recurrentes es desconocida, les temo y las disfruto, pero no sé si esa nebulosa tenga principio o final o peor aún, alguna finalidad.
Ayúdame Freud, no como una canción de Arjona, sino como una metáfora que grita, ¡Qué diablos hago con esto!

A.I

viernes, 2 de mayo de 2014

El paraíso de Borges

Leer, leer, leer. Tal vez vivimos equivocados como Borges, al creer que el paraíso seria en una biblioteca, refiriéndome en su expresión menos literal.

Ver al mundo por una ventana escrita, es la forma de ver que acá dentro es mucho mejor que allá fuera. Se cerraron puertas y ventanas, no se quiere salir, todos quieren entrar, nadie quiere quedarse.
Todos temen leer, tal vez como excusa, quizás como justificación, pero creíble por como las noticias de ayer y hoy siguen previendo las de mañana. Oriente en guerra, alza de petróleo, matanza de culpables e inocentes, prófugos de verdades, búsqueda de justicia, feminicidios y partidos divididos a sillazos limpios.
Sancocho de políticas y religiones, donde el manjar de carnes es el cuerpo humano que se carcome todos los días al ver una esperanza pérdida justo en primera plana al amanecer. Un día más, un día menos, de eso se trata esto no? De entender al leer que un día más de vida, es uno menos de ella y debo decir, que mientras más leo, más cerca me parece.
De noticias vive el mundo y ahora hay más medios para morir de ellas, no de un asombro que se perdió en el momento en que me decía que el PRD no podía llegar mas allá, sino cuando entendí que mas allá para el PRD estaba demasiado cerca, todavía hay mas, lo sé.
O quién sabe si se extravió en el momento en que la cabeza raspada de Vakero fue más noticia y mas violación que la hecha por el a Martha Heredia, sea o no sea verdad. Debo decir que me vuelvo imparcial en temas nublados detrás de una cortina de humo conveniente.
Me pregunto Borges, donde está tu paraíso para instalarme con estadía permanente. De verdad estabas tan equivocado al escribir esta frase? Me pregunto si los periódicos serian de noticias utópicas y los crímenes solo serian historias de ficción en el tramo más oculto de tu biblioteca.
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Que el temor a leer noticias nos vuelve más ignorantes pero más felices? Culpables? Periodicos amarillistas? Al parecer los favoritismos triunfan y no solo me refiero al color.
Eso si, triunfen o no, me atreví a apropiarme de esta frase de Borges y encontré su paraíso, ese que hace al lector menos amarillista y mas utópico, sin remordimientos.
El mundo estará completamente perdido el día que nuestra biblioteca solo sea un pobre y triste periódico.
A.I

martes, 29 de abril de 2014

Arma de un solo filo


De un momento a otro muchas cosas habían cambiado, todo era diferente; la misma casa, la misma habitación, el mismo abanico amilanado, la misma cama desecha, pero por alguna razón extraña no fue el mismo refugio, ni el mismo desorden ordenado. Podría decir que de tantos mismos, todo se volvió distinto.


Era como si al llegar al mismo sitio hubiese entrado a un lugar diferente. Sabia que las cosas tarde o temprano iban a cambiar, pero no sabia que mientras mas envejecía, menos imperceptible se volvía el tiempo para notar este tipo trances.
Todos esos pensamientos vagaban por su mente antes de acostarse. Irse a soñar era un viaje que empezaba con creer que tenia el control del mundo que dejaba al dormir, el cuchillo bajo la almohada le daba esa pertenencia de aniquilación.
Hablaba antes de dormitar, tal vez con una almohada que arropaba el poder que decidía quien vivía o no, o tal vez con las sombras de una conciencia mucho más oscura que su habitación. Ese siempre fue su consuelo. No había mejor sedante que ver tanta lobreguez en su cuchitril. Después de todo, las penumbras no solo le invadían, también le rodeaban y de alguna forma u otra esa era su compañía, mas no su compañera.
Todas las noches se preguntaba, porque morir lentamente con un arma de doble filo llamada vida, cuando puedes tener una de un solo filo apodada como desees. Es que acaso no nos damos cuenta que el sentido de pertenencia es la única felicidad, tan momentánea y efímera como el tiempo de una sonrisa. Puedes tenerlo en tus manos, en tu mente, en tus sueños o a tu lado, pero definitivamente, cuando tienes, la tienes.
El poder de aniquilación que sentía era una pertenencia que le brindaba un poco de felicidad y decidió apropiarse de esa sensación para dormir todas las noches.
Tenía muchos pecados menores que le atormentaban durante su insomnio, principalmente esas noches donde soñar era una necesidad.
Antes de intentar dormir saca el cuchillo debajo de su almohada, roza su filo como una forma de probar su borde y corta una tirilla de sus pastillas para dormir. Era el ritual de cada noche.
Ya atontado por el efecto, sonreía mientras recordaba como todos creían que estaba colmado de una locura que le haría quitar la vida, principalmente esos que decían vivir. Es como siempre la soledad ha sido confundida con depresión.
Nadie podía ver más allá de sus ojos y la normalidad de sus perspectivas rebosó hasta caer en la ridiculez, cuando esa y todas las noches el único aniquilado por esa arma de un filo, era un insomnio que no le dejaba soñar.

A.I

sábado, 26 de abril de 2014

El cuento de Briar Rabbit y Tar Baby



Siempre he sido partidaria del poder de la mente y el pensamiento lateral. Si no tienes inteligencia emocional no podrás manejar reacciones y mucho menos dominar situaciones. Actualmente estoy leyendo un libro que se llama ¨Padre Rico, Padre Pobre¨, el cual me ha ayudado a cambiar mi perspectiva hacia muchas cosas. La historia que menciona el autor en su libro es el de Briar Rabbit y Tar Baby, una historia que Walt Disney hizo su propia versión y  fue prohibida en EE.UU, por problemas raciales, ya que el Tar Baby personifica un muñeco de alquitrán negro.

¨Había una vez  un Zorro y un Oso que querían comer a un Conejo (Briar Rabbit), pero este era demasiado rápido, así que construyeron un bebe de alquitrán (Tar Baby) para tenderle una trampa. Lo construyeron con un trozo de alquitrán, un sombrero y abrigo, y lo colocaron al lado del camino sobre el cual el conejo viajaba.
El Conejo iba silbando y saltando por el camino y al encontrarse con el bebe le da un cálido saludo, pero lógicamente el Tar Baby no dice nada ya que no tiene vida, así que no recibió una respuesta a cambio. El libro asegura que el Conejo es muy brillante, pero no pudo reconocer esa trampa obvia.
Disgustado, el conejo se ofende y golpea al Tar Baby. Como resultado queda atrapado en el alquitrán y  cuanto más pelea, la situación empeora, siendo incapaz de liberarse.
El conejo se da cuenta que ha sido engañado, pero utiliza su mente y logra revertir la situación. Le pide a sus depredadores que por favor no lo arrojen al zarzal (arbustos de nombre zarza) que tenían cerca. El Zorro no pudo resistir hacer exactamente lo contrario de lo que el Conejo le pedía, por lo tanto lo arroja y el Conejo finalmente tuvo la ultima risa, ya que las zarzas aparentemente son perjudiciales para los Osos y los Zorros, pero no para los Conejos, debido a que es el lugar donde nacen y pueden sentirse allí como en su casa¨
El  “bebe de alquitrán” representa cualquier problema con el cual nos obsesionamos y va empeorando según peleamos y gastamos energía en cualquier situación.
Si lo pensamos, el conejo no tenía por qué tocar al Tar Baby al saludarlo, pero resulto que su orgullo lo cegó en ese momento, al no recibir un saludo de vuelta, debía salir triunfante de esto y golpearlo,  en consecuencia quedo atrapado. Su orgullo no podía entender porque no podía saludarlo de vuelta, en vez de seguir su camino.
Aun equivocado, decidió no hundirse más y estando frente a sus enemigos, no dejo nublarse por sus emociones y Briar Rabbit uso su mente para salir de la situación.
Con esta historia debemos aprender que:
 Mientras más fuerte e imposible te parezca la situación, puedes salir de ella si sabes utilizar tu mente e inteligencia emocional.

A.I