Citando el titulo de una canción de Arjona, como forma alguna de seguir una línea de clichés o solo por reducirlo al grito mas latente de nuestros deseos, reprimidos.
Con una deformación intencional gritando ¡CENSURA!, es la forma más habitual de no entender un sueño, de disfrazarlo de una libre expresión de deseos. Será gracias a una represión que baila con las barreras del miedo o a una manifestación meramente imaginaria que solo nos hace vivir desde ahí, subyugados bajo la ilusión.
En las últimas semanas he tenido un sueño progresivo, si de esos que reincidentemente terminan con un “continuara”, casi como una película interminable, o un cortometraje tan extenso que casi se siente como pesadilla. Algunos días tiene un control remoto autónomo, de esos que repiten el mismo capítulo sin “consentimiento” alguno o mejor dicho, propio.
Tal vez es un poco extraño recordar siempre lo que sueño, pero es posible, porque cada vez que interrumpimos el sueño, somos capaces de hacerlo. Sueño ligero que a veces es tedio, otras, remedio.
Mi “yo” y mi “ello” viven en colisión constante, tal vez por su naturaleza conflictiva o por algún ego detrás de sus papeles enigmáticos. Uno es realista, el otro es inconsciente y deseoso. Creo que ha habido un problema de fusión, somática, corporal, mental o quién sabe si religioso. Esta cuestión de creencias raya cada vez más en todos los campos.
Es tan recóndito que se vuelve insistente, tan reprimido que se repite una y otra vez. Las dos vertientes de las cosas, como el yin yang, nada de una vía, ni sentido único.
Es por esto que es tan reconfortante y aterrador a la vez, que cuando estas dos sensaciones contrapuestas deciden unirse se vuelve tan nulo como una tangente, esa vía que todos utilizan cuando quieren escapar.
La intención de mis sueños recurrentes es desconocida, les temo y las disfruto, pero no sé si esa nebulosa tenga principio o final o peor aún, alguna finalidad.
Ayúdame Freud, no como una canción de Arjona, sino como una metáfora que grita, ¡Qué diablos hago con esto!
A.I
A.I
No hay comentarios:
Publicar un comentario